La visita guiada al Museo Nacional de arte romano ha resultado muy
atractiva. Las historias y anécdotas que los guías acompañantes han ido
desgranando a lo largo del recorrido, fueron fundamentales para que
nuestros alumnos se mantuvieran atentos.
Tras la visita al museo, nos dirigimos al Pórtico del Foro municipal de la antigua colonia romana y a continuación, al llamado templo de Diana, dónde hicimos una parada más larga, tanto para contemplar su belleza, cómo para reponer fuerzas. ¡Cómo lo han disfrutado!, y ¡qué caras al ver tanta belleza!.
La Alcazaba y el Puente Romano fueron nuestros próximos objetivos.
Y cómo colofón, la visita tan esperada al complejo del teatro y anfiteatro. Observando cada rincón, entrando y saliendo por sus puertas, pisando el escenario, probando su acústica, sentados en sus gradas para contemplar el fondo del escenario, que es inmenso... En definitiva, rememorando la historia y con todo ello... ¡disfrutando!
Una auténtica lección de historia que costará olvidar.
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